1970: Primer Homenaje a María Helena

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Primer Homenaje a María Helena

VIII Festival Nacional de la Música del Litoral

Anfiteatro Manuel Antonio Ramírez (Posadas, 1970)

Comision de Homenajes 1970

Palabras leídas por Elena Gloria Alarcón,
Presidenta de la Comisión de Homenajes a María Helena

Este cálido homenaje es a la genial cantante de todos los escenarios y festivales, a la más dulce y pura expresión de los temas litoraleños: Me refiero a nuestra querida María Helena, quien no habiendo sido de este suelo, se encariñó tanto a él, alternándolo con tal frecuencia que mereció ser consagrada pretéritamente "LA NOVIA DE POSADAS". La que con singular entusiasmo supo cantar con gracia al hombre y la mujer lugareños, al paisaje, al monte y a todas esas sencillas cosas que configuran nuestro acervo nativista y nuestra peculiar personalidad. ¿Quién al escuchar su voz maravillosa no habrá visto representado ante sí el esplendor del follaje, el fuerte colorido de las flores silvestres, o habrá oído el rumor suave del río, o el risueño trino de las aves en los rebeldes amaneceres tropicales? El folklore se enriqueció con el encanto de su voz, y vertió sobre ella todas las frescuras y los efluvios de lo autóctono y tradicional, a tal punto que llegó a confundirse con él mismo.

Quienes tuvimos el inefable placer de tener con ella un acercamiento particular, casi como una amiga del barrio o una compañera del colegio podemos afirmar con entera franqueza que ella fue precisamente eso: una amiga ideal y una buena compañera, no influenciada en absoluto por su crecida fama y su gran popularidad. Mas el destino quiso que su preciosa vida fuese breve y efímera, como sólo pueden serlo las cosas nobles y hermosas, como el exquisito perfume de las flores de la primavera, o el raro destello de una estrella fugaz. Nos llegamos a acostumbrar a su grata y alegre presencia, y en cada jornada festivalera se renovaba incesantemente esa admiración que le profesábamos.

Las noches del festival ella no estará con nosotros, pues ha ascendido hacia más elevados proscenios celestiales. Sin embargo, como fiel y alusivo testimonio de su tránsito material nos quedará el inapreciable tesoro de su voz que día a día fluirá melodiosa de la magia de la placa impresa del disco.

¡Amiga nuestra, te has ganado para siempre nuestro corazón y el de tu pueblo y en él vivirás eternamente!